No alucino barato. Nomás me dio por practicar la escala cromática (¡ascendente, hay que acotar!). ¿Que de dónde salieron ese Di, Ri, Fi y otras graciosadas? ¡Pregúntenle a Mr. Berklee!
A las ya conocidas historias del Paquito, hoy se suma una más. Tengo que decir que este es un divertimento entre algunas narrativas con más seso. O sea: hoy estoy poco literario, pero muy sensible con el tema de ‘¡mi mamá sigue creyendo que soy el mejor!’. Si alguien entre los lectores quisiera modificar ‘el mejor’ por ‘su mejor hijo’, puede hacerlo con toda confianza. ¡De todos modos, soy el único hijo de mi mamá! Mis hermanas son seres mucho más pensantes, de modo que no entran en este subtema de la autoestima.
Yo me dije a mí mismo que estos muchachitos no me iban a apantallar. El aplomo que mostraba en mis convicciones, no denostaba la amplia capacidad que veía en mis copartícipes de clases, pero sí dejaba en claro que a mis treinta años, uno no puede sorprenderse tan fácilmente con la primera verdad universal que se le presenta en el pizarrón.
Y he aquí que, aunque lo escribo hasta hoy, el pánico hizo presa de mí la semana pasada cuando mi super manual de Entrenamiento Auditivo 4 indicaba que cantara Re, Mi, Fi, Sol… y algo más que a estas alturas no aporta a la situación. “Y qué diablos es Fi?” Bueno, lo dejé pasar, suponiendo un error tipográfico. “Estos gringuitos… ¡tienen Word y no pueden checar su spelling! Tal vez lo desactivaron para que no los estuviera jeringando con que de dónde sacaron Fa#. Ahora bien… no hay muchas notas… finalmente, son 7, y si nos ponemos estrictos, todas ellas pueden afectarse con un bemol y un sostenido… vamos, hasta dos bemoles y sostenidos. Pero eso nos da… unas 35 combinaciones posibles… ¡Naaaaaah! ¡No es tanto! ¿No se les habrá ocurrido añadir cada una de estas combinaciones al diccionario personalizado de Word?”
Esto decía Paquito en su cabeza, cuando se dio cuenta que ya habían avanzado un par de líneas más. Y el asunto seguía: “Ahora canta Do, Te, Le, Se, Fa, Me…” ¡Se acabó! ¡Me largo! ¡Ah, no! Moderación… moderación y templanza. “Oiga usté, mire, yo no quisiera importunarle, pero no tengo ni idea de qué es eso de Me, Se, Fi, Te… ¿No sería su mercé tan amable de hacerme conocedor de lo que ya todos hablan y yo ignoro?” (Léase el párrafo anterior en el mejor inglés shakesperiano de nuestro narrador). Después de la explicación de mi amable mentor (esto no fue sarcasmo, es un tipo grandoooote, grandoooote, gordoooote, gordoooote y simpático en proporción a todo lo anterior) las cosas fueron diferentes… ¡el universo musical se había ampliado de súbito! Lo que usted, usted ahora desea saber, es qué diabos le contestaron a Paquito. Y resulta que la economía del lenguaje llegó a mi escuela también. Y para decir La sostenido (así, tan musical y grandototote como sólo el español nos puede permitir), estos muchachos dicen Li. Y para decir La bemol, ¿por qué no? Dicen Le. Luego entonces, amiguitos, hoy hemos aprendido algo nuevo. Y entonces, como dijo mi amigo Marco, tuve una epifanía. Haciendo cuentas, ya conocía los bemoles y sostenidos. ¿De verdad algo cambiaba en el panorama de mi bagaje musical?
Y bien… después de esta epifanía, he tenido también la oportunidad de darme cuenta que puedo estar estudiando lo que muchos de mis compañeros estudiaron el semestre pasado (… con 12 años menos que yo), pero también la oportunidad de saber que hay muchas cosas que yo ya conocí, y que, modestia aparte, ya mastiqué como universitario que fui… hace ya 12 años también. Saber que ser licenciado no es conocer sólo tu major, tu área de estudio, sino ser una persona integral, con mucho más que el título de “hago ingeniería” o “hago música”. No. Ser licenciado, desde donde yo lo veo, es ser ingeniero, ser músico, ser contador, ser abogado, ser pedagogo… y además tener muchas facetas más que me permitan ser persona. Gran cosa…
Ya sé que parece un asunto trivial. Es más, probablemente lo sea, cuando lo vemos en retrospectiva. Pero construir esa persona cuando sólo sabe (¡o quiere!) ser músico... ¡Difícil!, ¿eh? Si por el Do, Di, Re, Ri y demás pierdo de vista ser persona, ¿me lo harían saber?
Con cariño para mis amigos y algún día socios.
Paco
P.D.- Sólo para presumir y darme unas palmaditas en la espalda, después de un día donde mi lectura de partituras me hizo ver la miseria humana: estoy en Entrenamiento Auditivo 4 porque nada más hay 4 niveles de entrenamiento auditivo, y al menos tengo que llevar el último. O sea: ¡me acreditaron los primeros 3 por buen oído! ¡Algo bueno tenía que tener el muchacho! ¿No?
1 comment:
Ahora sólo tienes que aprender como pronuncian cada una de ellas: con eso de que a la "e" le llaman "i" y a la "i" le dicen "ai" .... qué relajo!!!! SUERTE JAMAICÓN!!!
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