En una de esas ocasiones que tengan necesidad de sentirse agradablemente miserables (¡bueno!... es como se me ocurrió expresar lo que uno hace cuando pone alguna canción de esas de rompe y rasga sin más objeto que tener una regresión a una adolescente etapa de hipersensibilidad... ¡No me van a decir que les tengo que explicar cómo es eso de sentirse miserables por un ratito!), les puedo (¡debo!) recomendar una bonita canción de Eagles intitulada (sí, la palabra sí existe) Wasted Time. Bueno, el asunto no es sólo que les recomiende la canción, sino que de paso le echen una miradita a la letra. ¡Ah, cuánto sufrir! No, no tiene nada que ver conmigo, pero el título de la canción venía al caso con mi post del día, y si de paso puedo acrecentar su (seguramente ya amplio) bagaje musical, no hace daño. Dicho lo cual (que no tiene utilidad alguna en sentido estricto), paso a lo sustantivo de mi post.
¡ME ROBARON! ¡ME ROBARON! No me robaron nada que no me vayan a regresar, ni nada que no les vayan a robar a ustedes, pero por ahora, me siento engañado, robado, ultrajado y sobre todo, muuuuy cansado. El asunto comienza en que en la madrugada de hoy me despedí de mi amable y cibernético auditorio a eso de la 1:45 am. Pero había que lavar trastes, antes de que confabularan y crearan una babilónica torre con ínfulas de dominar el departamento del que felizmente soy usufructuario. Hice lo propio, hice planes para el día siguiente, realicé las labores de higiene que marcan las buenas costumbres para antes de dormir, y ¡SASQUATCH! ¡Ya eran las 3:20 de la mañana! Ah jijos... qué rápido pasa el tiempo cuando uno se divierte... ¡Pero yo no me estaba divirtiendo! Bueno... qué importa, ya es muy tarde para divagar sobre esos temas, y sin falta, Ansina estará dando lata en unas horas para salir a dar su ronda por el Boston Common. Zzzzzzzzzz... (Sí, para los que no tengan el gusto y/o disgusto, tan pronto acabo de formular las últimas palabras de mi pensamiento de cierre del día, de súbito me duermo y sí... ¡de súbito los ronquidos llenan mi entorno! Dato al margen)
Hace unas horas Ansina me despertó para lo ya expuesto. Decía yo que qué necesidad, si la saqué ayer a eso de las 11 de la noche, pero aquella insistente... ¡Ah caray, pues si ya son las 9:30! Sí bueno, ya es legal. No queremos un accidente aquí adentro.
Mi reloj del teléfono marca las 9:32... qué raro que el de la sala, aún no colocado en sitio, diga 8:32. ¡Seguro ya se quedó sin pila! A ver la compu... 9:33. Sí, sí, no hay duda. Bajando voy. ¡Diantres! ¿Por qué mi reloj de pulsera (¡de 130 pesos! ¡Una ganga!) marca 8:34? Otro que se atontó... no, seguro lo apachurré en la noche y se despanzurró. Ah, esto de los relojes...
Bajamos al Boston Common. Recorrimos el Boston Common. Perseguimos perros. Sí, sí, perseguimos, porque aunque uno pueda pensar lo opuesto, ¡Ansina me lleva de la correa, y no lo contrario! Hicimos pipí en el Boston Common. ¡Éjele! No, no. Nada más Ansina hizo pipí y adicionales en el Boston Common. Etcétera, etcétera y etcétera. Llegué a Starbucks y estaba insualmente despejado... Pedí un revitalizante café americano con doble shot de espresso (algún día les cuento cómo es esto del café) y salí hacia mi morada.
Debo hacer mención de que tenía yo una cita a las 2:20 pm en la Apple Store para hacer un cambio de disco duro de mi máquina (no, nada grave, otro día les cuento), pero bueno... aún son las 10:15... ¿cuál es la prisa? Sonó el teléfono de mi casa... una llamada de una compañera de Berklee. Sí, el examen es el martes y el proyecto se entrega el jueves. Sí, que tengas buen domingo también tú. ¡Por qué este teléfono dice que son las 9:20! ¡Qué pasa en este lugar! Se acabó. Vamos a tomar medidas drásticas. El conserje. Damn it. No contesta. Bueno, vamos a seguir intentando hacer tarea.
En esto me llevé un par de horas o quizás un poco más. Tuve luego a bien entrar a una página de internet mexicana, que despliega, entre otros datos, el de la hora y fecha. ¡Nooooo! ¡Dice que son las 11:05, pero ya aquí tengo la 1:05, y se supone que le llevamos una hora a México! ¿Horario de verano? No... marzo empezó la semana pasada, primavera no ha empezado, ¡no hay ninguna razón normal para que HOY, HOY, HOY entre el horario de verano! Señoras y señores, es cierto. Hízome favor una víctima de mis contactos del messenger (¡gracias Giní!) de confirmar que en México eran efectivamente las 11:05. Y una amistosa página de información ociosa (¡mis preferidas!) me hizo también saber que ya no vivo en horario de invierno. ¡Ya estamos en horario de verano, y me robaron una hora de estudio para mis exámenes (como si de verdad estuviera estudiando ahorita, ¿verdad?) semanas antes de lo que yo pensé que esto pasaría! ¡Me aplicaron el Wasted Time!
Así, los hago conocedores de cómo funciona aquí el asunto: el segundo domingo de marzo, a las 2 de la mañana se adelanta una hora el reloj. Y el regreso al horario de invierno es el primer domingo de noviembre. ¿La causa de estas fechas? Ninguna en específico. Tengo miedo de preguntarle a algún gringo... seguro tiene algo que ver con Dios y la Doctrina Monroe. No, mejor nos quedamos con la duda.
El colofón de todo esto es que son las 9:38 de la noche y vivo en notable desfase, aún mayor que antes, con mi biológico reloj taquero. ¿Existirá eso?
Antes de cerrar mi desfasado post del día, quería contarles un detalle curioso: el Amtrak, el sistema feroviario americano tiene por norma no "ocupar" una plataforma de las estaciones ferroviarias antes de su hora de llegada. Cuando uno viaja en un día como hoy, si tiene la fortuna de ir en el tren a la hora del cambio de horario, lo más probable es que el maquinista vaya en versión hecholamocha porque se ve feo que llegue una hora más tarde, pero llegar 20 minutos más tarde de lo previsto no es tan grave, ¿no? Bueno. Si tiene la desventura de viajar en la fecha del regreso al horario de invierno, si están en ruta entre las 2 y las 3 de la mañana, el maquinista DEBE por norma detenerse EN SECO una hora a lo largo del trayecto... ¡porque cómo se va a dar el lujo de llegar adelantado una hora! Un maestro me rebatía el argumento de que los gringos son cuadrados. Él dice que son metódicos. Cuadrados o metódicos, ¡qué payasada!
Un abrazo nada metódico.
Paco
Monday, March 10, 2008
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1 comment:
Oye, pues entonces tengamos cuidado si tomamos el amtrak en días como hoy, qué pex!!
Besitos desvelados
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