Insisto: hoy recibí más palmadas de las que me merecía. Decir que recibí palmaditas internacionales es un poco ocioso, dado que es apabullante la relación de gente que amo fuera de Estados Unidos, contra la que amo en México, ¿verdad? Sí, Cancún incluído. ¿Pero qué tal si les digo que aún desde Japón recibí valiosas palmadas? ¡Ah!, ¿verdad? ¡Gracias James, querido amigo!
Este es un post de agradecimiento de viernes por la noche - sin helado ya, porque me lo acabé - para quienes leen, cantan, lloran (a veces se alegra más un por esto), escriben y vibran con el ritmo acompasado del sueño de ser. No dejen de soñar. No me dejen dejar de soñar.
Y cual cereza del pastel: este semestre mi instrucción privada de piano tiene lugar en un salón pequeño, escondido, con dos pianos Yamaha verticales de poca monta. Pero mi maestro se ríe mucho. Del salón, de él mismo, de mí, de Berklee y de que su café estuviera frío después de sólamente 2 horas de haberlo comprado. Este semestre mi instructor de piano es Mr. Steve Heck :) Y cito una vez más:
Steve's greatest asset is that he is happy with what he does
Hoy yo también lo soy.
Con mucho cariño,
Paco