Saturday, July 18, 2009

Alegría

Alegría es el título de uno de los espectáculos que más me gustan de Cirque du Soleil. Fue el primer espectáculo que vi de esta compañía canadiense, el 28 de noviembre del 2002. Si recuerdo tanto estos detalles no es sólamente por la feliz impresión que me causó Alegría, sino también porque hubo una tremenda cantidad de eventos divertidos ese año. Me acababa de casar en julio, y tan sólo tres semanas después de esto presenté mi examen profesional como Ingeniero Biomédico. Había entrado como director del Conjunto Moderno del Instituto México Primaria; acabábamos de fundar el Coro Femenino del CUM, y tan sólo en unas semanas constituiríamos e-Logic Producciones, experimento de casa productora en la que aprendí mucho sobre cómo hacer y cómo no hacer las cosas.

Una vez más me desvié del tema: Alegría.

Estoy en Los Cabos. O mejor dicho, en este momento, en San José del Cabo, como espectador del ensayo de una Big Band, pero hasta hace un rato estaba también como pianista acompañante. En unas horas será la presentación. No sé si en los demás - viejos conocedores del Hueso - hay un ápice de nervios, pero si hubiera la posibilidad de que yo hubiera estado nervioso, la he acallado ya con base en Gin & Tonic. Tres. Y no suelo beber. ¡Pero aún sigo viendo una sola computadora!

Este breve post tiene como objetivo compartirles que, aunque la presión como músico, especialmente cuando hay otros 20 músicos frente a mí, no es algo que aprecie particularmente, hace rato me pusieron una partitura en frente para leer a primera vista un arreglo patero, pero que entra como solista, del tema principal de 'Alegría'... ¡y todo salió muy bien! No prometo los mismos resultados desentendidos en versión alcohol free :D

Un abrazo con cariño desde un MUY CALUROSO San José del Cabo

Paco

Thursday, July 16, 2009

Coto

Hoy llegó a la familia - hablando de ésta en versión expandida - un nuevo miembro. Uno más flaco. Y negro. Y cariñoso. Y juguetón. Exceptuando lo negro, ¡hasta podría ser hermano de Isabel! Su nombre es Coto.

Hoy me enteré por teléfono que, ante la inminente necesidad de "poner a dormir" - expresión más aterradora no encuentro... ¿por qué creen que no se lee "sacrificar" tras tanta ambigüedad? - a un perro abandonado sin viso de ser rescatado, una antigua relación de negocio de mi amigo Juan Manuel lanzó una misiva para ponerlo en calidad de "disponible". Es curioso cómo hacer pasar un animalito de "disponible" a "dormido" puede resultarnos tan fácil de procesar, ¿no? En fin; el asunto es que Juan Manuel - que peca de corazón de pollo tanto como yo, y a veces más - optó por transmutar del estado de "disponible" a "adoptado" a un simpático Labrador que debe estar pesando actualmente como la mitad de lo que debiera estar pesando un animalito de su tamaño. Cabe destacar que no soy experto en familia, especie o raza del citado ser, pero a ojo de buen cubero, cuando a un perrito se le ven las costillas, ÚRGELE ser alimentado.

El resultado de esto es que, de pronto, estaba en un acto de contemplación de un animal que, antes que hambre, desasosiego o incertidumbre, gritaba agradecimiento y emoción con acrobáticas piruetas y carreras, ante dos maravillosas personas que decidieron adoptarlo. No, yo no estoy contado en esas dos personas, y tampoco soy maravilloso. Me veo implicado en el feliz suceso porque ocurre que va a habitar en donde a veces - muy a veces - suelo ensayar los bosquejos de rock star que aún no abandono. ¡Sospecho que voy a tener un miembro más en la banda! Gracias Santi, gracias Juan. Qué bueno que no se cuestionaron un instante qué era lo que había que hacer.

Escribo esto tras media hora de dar vueltas en la cama sin poder dormir. No por Coto. No por mi - hoy dispersa - banda. No por mis ansias de rock star, sino por la emoción y agradecimiento que hace tiempo que no veía plasmados con tanta perfección.

Hoy bañé a Isabel en la tina. Se reía. Jugaba con el agua. Y con su papá. Y con el agua y su papá, o sea, disfruta enormemente echarle agua a su papá en los ojos y que su papá imite a Isabel cuando le cae agua en los ojos y grita cual soprano gorda ante la muerte del amante. O la aparición del amante. O la aparición del esposo mientras el amante no ha desaparecido. En fin, la soprano gorda siempre grita. Dicho sea de paso, Isabel no entiende la ironía del asunto. Y sigue riéndose cuando le echa agua a su papá en los ojos. Y sigue sin hacerle la mínima gracia cuando a ella le cae agua a 10 centímetros a la redonda de sus ojos.

Mientras Isabel reía, y su mamá esperaba - también sonriendo por la patética escena del padre de la menor en nefando falsetto - la salida de la tina, me di cuenta que en ese momento, no había nada en el universo que me hiciera más feliz que ese instante de risa compartida.

Y cuando conocí a Coto, me di cuenta que todo lo que yo pudiera hacer para agradecer este momento, no sería la mitad de vistoso contra las piruetas que Coto hacía para demostrar lo que sentía. Pero juro que él no siente más alegría que la que yo he sentido hoy.

Con amor a todos los aquí nombrados, y a los que no he dejado de llevar conmigo,

Paco