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Esto no pretende tener la grandilocuencia de la obra homónima que escribiera Shakespeare entre 1591 y 1592... a que después de leer esta línea pensaron que se habían equivocado de blog, ¿verdad? Pero bueno, si bien es cierto que la introducción no tiene por qué ser tan elegante, también es cierto que, en efecto, este pequeño post es un breve entremés, y lamento decir que está reservado a mis lectores con un ligero conocimiento de la shakespeariana lengua. ¡Si no, pierde el poco chiste que de por si tiene!
Comienzo por presentarles a mi maestro de Laboratorio de Lectura para Teclado 2. Sí, sí. Me pusieron en nivel 2 ¡a mí! ¿Se imaginan cómo deben estar los de nivel 1? Qué barbaridad... Ah, pero el asunto era presentar a Mr. Heck. Es un individuo particularmente despistado, con cara de inocente y más historias bajo la manga que notas en una partitura de Scherzo. ¡Ah! Además, en una escuela en la que no regalan NADA, hay un aula/salón/pequeño foro que se llama 'Steve Heck Room'. Tan pronto investigue cómo fue que consiguió tal deferencia, les cuento. Con el simple objetivo de que puedan visualizar a Mr. Heck, tengo que decirles que su presentación fue la siguiente: '¡Hola! Me llamo Steve Heck. Sí, Heck, como decir 'Oh, what a Heck! ¡Ha ha ha (en inglés, por eso con h)! ¡Qué chistoso es mi apellido!' ¿Ya están empapados del personaje? Bueno, ese es mi maestro. Es muy bueno, pero no darían un clavo por él si lo vieran aislado de su entorno natural: un piano.
Lo siguiente es el asunto medular de este post, y es una conversación verídica entre Mr. Heck y alumno 'x'. No, alumno 'x' no soy yo. Por si tenían la duda.
Mr. H. - So, you'll play this part over here with left hand, right?
X. - Uhhh... sorry, Mr. Heck, so right?
Mr. H. - Yeah! Alright!
X. - Duh... I still don't get it... left or right?
Mr. H. - No, no, left, right?
X. - Mr. Heck... could you just tell me left or right?
Mr. H. - But I've been telling you to play with left hand! Right?
Para un servidor, que tras un mes y medio de vivir en Boston sigue teniendo que pensar un poco más en el significado de las palabras que en la expresión idiomática en sí, era claro que el 'right' era una muletilla de Don Mr. Heck, pero el otro cristiano nomás no daba pie con bola. Está bien... quizás no fue tan divertido leerlo como estar allí, pero al editor de este texto le causó harta gracia cuando el asunto en cuestión ocurrió.
Concluyo este relato transcribiendo lo poco que encontré acerca de lo que se dijo cuando le dieron nombre al aula de la que les hablé, en honor de Mr. Heck.
Steve's greatest asset is that he is happy with what he does. He is always anxious to go to work each morning. You, young students at Berklee should take note of this. It is a great accomplishment
Uno se pregunta si alguien como Mr. Heck será más feliz por el aula que nombraron en su honor en Berklee, o por el hato de ignaros que entramos con una sensación entre pánico y deleite a su curso, para salir con mejores armas a formar parte del gremio... Me inclino a pensar lo segundo.
Paco
Este sí es el último post de esta noche, de verdad.
Pero... ¿vale o no la pena este post, tan sólo por ver una imagen que no se va a repetir? ¿O de verdad creen que algún día mi hija va a volver a sentarse en la tapa de mi piano, o como dice la afinadora, de Mr. Steinway? No contesten... se supone que esta foto nunca iba a tener lugar en el maravilloso mundo de Paco :) Con la alegría de que estén aquí mis dos mujeres, les dejo esta foto y un abrazo de buenas noches.
Paco
En realidad este no es un anuncio de nuestros patrocinadores, pero hace algunas horas publiqué la inmisericorde temperatura a la que estuvimos hoy en Boston. Y quizás no he tenido tiempo de contarles las cosas más básicas de mi existencia en este país, cuestión que aunque sea en breves interludios, voy a intentar subsanar. Una de estas cotidianeidades, que prometo no presumir más, es la forma en la que conservo mis piéseses calientes. Uno podría pensar que la calefacción de este lugar lo es todo... pero créanme, créanme cuando les digo que con los pies fríos las posibilidades de sentirse en una temperatura agradable son muy pocas, mientras que con los piéseses calientes, no hay necesidad de que el cuarto en cuestión esté tan caliente, y por ende uno se encuentra en un lugar más templado, ¡que es mucho más sano en cuestión de humedad del ambiente!
Bueno, toda esta explicación no es sino para presumirles... ¡MIS CROCS CON PELUCHITO INTEGRADO!
No, no es broma. ¡Sí tengo mis Crocs Mammoth, que es su nombre comercial, en color chocolate!
¡Ja ja ja ja! Sean felices y que pasen buena noche
Aunque el término a primera vista parece contradictorio, todos tenemos un inocente placer culpable en la vida. Bueno... en mi caso son muchos. Pero el hecho existe sin que nadie se sorprenda, por ejempo, de que Woody Allen sea tan buen clarinetista (dicen) como es director de cine. No sorprende tampoco que más de uno de los que están leyendo (¡sí... te estoy hablando a ti!) tienen en el baño lo más inocuo que la literatura moderna puede aportarnos. Podemos hablar desde el 'Vanidades' hasta 'El libro vaquero'. Conozco a más de uno que se informa de las últimas novedades tecnológicas en este bendito lugar de descanso. Pero no hablábamos de esto. Ya entendimos de qué se trata eso de inocente placer culpable, ¿verdad?
Uno (más) de mis placeres culpables tiene que ver con las papelerías. No hay vez que entre a una papelería sin que salga con alguna bicoca (sí, así se escribe) en la mano. Insisto: bicoca. Nada de elevado valor, ni que haga que la economía familiar o la ecología se vean afectadas. Va desde un lápiz 5B (¿a que no tienen uno de estos en casa?) hasta un auténtico sobre manila con adhesivo en la lengüeta, pasando por un cutter (mismos que aquí en Boston no logré encontrar sino en Home Depot, pero esa es otra historia) y terminando en un juego de escuadras (que aquí, cabe destacar en una nueva nota, no conocen sino en las tiendas especializadas de Arquitectura... ¡qué horror!)
Salía yo de una de esas clases bonitas de Berklee, con ánimo de vagar un rato, pues tenía un par de horas libres hasta mi siguiente clase, cuando a mi vista apareció uno de esos mágicos lugares: ¡una hermosa papelería Staples! No, no necesito nada. Bueno... una goma no me vendría mal, porque nomás tengo la del lápiz, pero esa deja marcada la hoja cuando borro mi aún-en-pañales-caligrafia-musical. Sí, entremos.
Entré yo, di una vuelta, dos, tres o quizás séis, y no tenían una goma decente. Pero (y esto es un preeliminar del que se encargó mi hermana Lucila) tengo en casa 8 marcos de diferentes tamaños y proporciones listos a recibir una foto, producto de otra de mis inocentes aficiones de la que les hablaré otro día. El hecho es que en eso veo este bonito panfleto:
Panfleto que Paquito vió en StaplesResultaba evidente que ese era un buen lugar para visitar a la salida de Berklee: ¡podía imprimir mis fotos hasta tamaño poster, con sólo llevarlas en mi memoria, y todo ello en el lapso de una de mis clases! Sí. Esa sería mi siguiente misión del día. Preparar mis fotos para que fueran impresas en tan bonito lugar. Y de paso, quizás se me pegaba algo como una goma... que por cierto ya mencioné que no tenían, ¿verdad? Bueno... ¡detalles!
Estaba yo en el estudio del panfleto para ver qué características tenían que llevar mis fotos, cuando en eso en la parte posterior del panfleto...
Reverso del panfleto que Paquito vió en el Staples
¡HORROR! ¡Miles de kilómetros de distancia, y tienen que escoger un niño caguengue (sí, sí, el mismo que cité en el clip televisivo con el moco escurriente en transparencia 50% con la bandera ondeando en slow motion en algún otro post) con una playera de desagradable equipo de primera división del futbol mexicano! Por cierto, equipo en el que militara nada más y nada menos que... ¡El Jamaicón Villegas! ¡Ja ja ja ja! Me permito hacer un acercamiento al segmento del panfleto que frenó mi entusiasmo por imprimir las fotos en citado local papelero (de cuyo nombre ahora no quiero acordarme)
Niño caguengue que le va a un equipo al que Paquito no le va
Varias reflexiones arroja este horrible encuentro:
- Soy aficionado balín, pero las antipatías son propias aún de los aficionados balines.
- No importa qué tan lejos estés de tu tierra, siempre hay alguien dispuesto a recordarte lo más feíto de ella, para que no ocurra que llegues a decir que '¡Todo en mi tierra es tan bello y estos salvajes ni de fútbol (así, con acento y todo) saben!' ¡Mentira! ¡También en mi tierra hay cosas horribles!
- Las orgullosas Chivas del Guadalajara resultaron más internacionales que mis queridos Pumas... si no, ¿cómo es que hasta en Staples salen?
- Todo en este mundo está en íntima relación, aún lo menos evidente, como... ¡Staples y El Jamaicón Villegas! Esto va con dedicatoria para mis amigos Jack, Jay y Aarón... y a esos 6 grados de separación.
- La más importante de todas las reflexiones: ¡un paisa nos vigila! ¿Cómo si no es que llegó la foto del caguengue antes citado a un panfleto?
Así, concluyo: ¡Tenemos un inflitrado!
P.D.- Hoy fue uno de esos hermosos días en Boston: sol radiante, pasto verde, cielo azul... Veáse, diré admírese la foto al pie de este post... ¡y después sorpréndase de que la temperatura que sentíamos era de -19 grados centígrados! ¡No es justu!
No es Jamaica, es Boston, ¡pero igual está bajo cero!
Con cariño,
Paco
Este suceso no es nuevo, pero la narrativa de él se había visto frenada por circunstancias ajenas a mi voluntad. O sea: ¡TENGO MUCHA TAREA! Pero eso no es el tema de este post.
Fíjese usted que uno, cuando viaja fuera de su apacible Mexiquito, cuando deja el terruño querido y se aventura a las fauces del voraz país extranjero, suele ser tan respetuoso de las normas foráneas como nunca antes lo fue de las normas locales. No me ufano de ser el más gandalla en el arte del manejo, ¡pero para qué negar lo innegable! El muchacho tiene sus puntos débiles. Sin embargo, y como decía yo al principio de este párrafo, nomás uno deja de ver calles al estilo 'Insurgentes', 'Juárez', 'Madero', 'Hidalgo', 'Carranza' o peores cual 'Fernando de Alva Ixtlilxóchitl', para ser sustituídas por 'Washington', 'State' y 'Massachusetts Avenue', se vuelve el más apegado a las normas.
Yo no soy la excepción. Y vamos a ser muy sinceros: no es que sea yo auténticamente respetuoso de las normas extranjeras, como tampoco soy auténticamente ignorante de las nacionales... ¡pero nada tiene que ver el pelearse con un tamarindo paisa al que le puedo rebatir en mi más fino español chilangueado, a querer hacer entender razones y justificaciones a un mister policeman!
Resúltase ser que circúlabamos por una avenida que, en días habituales, bloquean a cierta altura y provocan un desvío de tooodos los coches por una callecito de 5 metros de ancho, y ¡cosa rara!, ese domingo no había ninguna valla ni similares para evitar el paso. ¡Ah, falsedad de falsedades! No había yo avanzado ni tres metros cuando un hombrecito de azul, complexión mediana, estatura ínfima, aspecto caucásico y acento bostoniano machucado con New Jersey me dijo que me detuviera. Chin... ¡ya me cargó la chota gringa! Confieso que, considerando que no tengo ni licencia gringa ni número de seguridad social, tomar partida en la lista de 'infractores' no me hacía ninguna gracia.
El tipito este me dijo que no se podía pasar, y le dije yo que lo sentía muchísimo, que como no había ningún anuncio, era domingo a las 6:30 de la tarde, nevaba ligeramente y no había NADIE en la calle, había yo sospechado erróneamente de la suspensión provsional de la norma. Aparentemente a este muchacho esa cita bíblica que marca el superlativo regodeo del cielo por un pecador arrepentido vs la alegría bara bara por el justo inocuo, no hizo estragos en su concepto de justicia. ¡Diantres! 'Muéstreme su registro vehicular' 'No, oficial, fíjese que no se va a poder, porque es un coche rentado, entonces pos no tengo de eso' 'Bueno, su licencia' 'Ándele pues oficial, aquí está' '¡Pero esta no dice ni su fecha de nacimiento!' 'Ah, mire, es que hay que fijarse bien, y si le echa un ojo a esta clave puede descifrar que viene la primera letra de mi apellido, la primera vocal de mi apellido, la primera letra de mi segundo apellido, la primera letra de mi segundo nombre, y yaaaaa al finaaaaal, finaaaaal viene mi fecha de nacimiento' Sobra decir que el tipo odió su vida al tener que pensar para definir que era yo de la orgullosa generación 1977, y me odió más a mí. 'A ver, circúlele para allá y me espera allá adelantito' '¿Allá oficial?' 'Sí, sí, allí adelante con los otros cinco coches'. ¿MANDE? ¡Sí, señoras y señores! ¡Eramos cinco los infortunados detenidos hasta ese momento! Recordé yo las llamadas de infractores inconformes a una estación de radio, en la que se quejaban de que '¡...en la cuadra que todo mundo toma en sentido contrario para evitar el atorón de enfrente, hay una patrulla que todas las mañanas anda cazando desprevenidos para sacar para su desayuno!' Ah... mi México lindo. ¿Pueden ustedes creer que el locutor llegó a decir algo al estilo 'Vamos a dar parte a las autoridades, para que se termine esta extorsión'? Pues sí... habría que estudiar a fondo quién hace más daño, si la patrulla con dos talesporcualeshijosdesu o los 27 detenidos de cada mañana por una clara falta a las normas.
Pero no estábamos en eso, ¿verdad? Bueno, el hecho es que me fui como niño regañado hasta adelante de la fila. Ya me veía yo posando para mis fotos de frente y perfil, con un charolita deteniendo algún tipo de número y clave, y sonriendo frente a la cámara, ¡ja ja ja ja! No, no. La verdad estaba muy asustado. Hay que hacer especial mención de que todos, todos los allí presentes estábamos con cara de 'Now what?' y esperábamos sin saber qué seguía. El frío calaba los huesos, la nieve caía sin piedad, las luces se apagaban una a una y marcaban el principio de una pesadilla... ¡No es cierto! ¡Ja ja ja ja! Tenía yo la calefacción puesta, ya había dejado de nevar, estábamos en una de las calles más iluminadas y eso parecía kermesse... excepto porque todos los congregados éramos algo así como un sindicato de culposos, y no unos felices paseantes domingueros.
Después de 25 minutos de estar esperando, sin más diversión que ver cómo pasaban más coches, y más coches eran detenidos, una dama se apeó de su unidad y se dirigió hacia los oficiales. Por cierto, mi amigo Jack me enseñó que para que esas cosas de '¡Pareja, pareja!' fueran eficientes, siempre tenía que haber un good cop y un bad cop. Aquí los dos tenían cara de malos. Sólo que uno era smart cop y el otro era dumb cop. Regresó la citada dama, con cara de pocos amigos (y una horrible boleta con cara de infracción en la mano) y nos hizo saber que o íbamos a perseguir a los polis, o de allí no salíamos. Úchale...
Llegué yo a una casetita (también con calefacción, ¡claro!) y alcancé a escuchar una discusión al estilo:
Oficial: ¡A ver, pero aquí no viene su fecha de nacimiento!
Señora: Sí, sí viene, mire, nomás tiene que descifrarle aquí en la clave que viene al final..
(¡Mecachis! ¡Otra del gremio!)
Oficial: ¡Pero aquí dice que usted nació en el mes 57, día 6, año 2!
Señora: ¡No, pos si no tengo ciento y pico de años, y no hay mes 57! ¡Es año 57, mes 6, día 2!
Oficial: Entonces, 6 de febrero de 1957
Señora: (Ah, qué la canción!) No, 2 de junio de 1957.
Oficial: ¡Llévese ya su licencia!
(Pequeña pausa dramática, y posterior mirada misericorde de la señora)
Señora: ¡Ay mijo, ya deberías irte a comer algo pa' que te mejore el carácter!
(Risa de dumb cop - Fin de la escena 3)
Juro que el texto no es invención mía. Existe, claro, la licencia poética, pero el asunto se desarrolló en un 95% como les cuento. Vamos, la parte de que deberías irte a comer para que se te mejore el humor, el asunto de las fechas, es 100% verídico.
A continuación, seguía yo. No bien había salido la señora de la caseta, smart cop extendió el brazo y me dio mi licencia. Le dije que si había que firmar algo, o verificar algo. Me dijo que no, y que '¡Esto probablemente aparecerá en su reporte de manejo del estado!'
Momentito... llevo aquí casi un mes, pero no he podido sacar mi licencia del estado de Massachusetts por la sencilla razón que no existe mi driving record, porque no tengo social security number y porque, básicamente, soy extranjero. Entonces... ¿de qué reporte de manejo me habla este señor? Todo eso, contra lo que el lector informado pudiera pensar, pasó por mi mente en cuestión de microsegundos. Y antes de que pudiera controlar mi lengua, también hice una pregunta de esas que más vale ahorrarse. 'Oiga, y si no tengo reporte de manejo?' '¡Entonces probablemente no aparecerá en su reporte de manejo del estado!'
Mi papá tiene un colofón a todas las cuestiones que terminan en un sí o un no. Cuando las circunstancias son tales que el evento 'x' puede suceder, pues entonces va a suceder, (y esto es lo valioso del razonamiento de mi padre), y si no, pus no.
¡Así, así de absurdo era este policia! Si tiene reporte, entonces probablemente sí. Si no tiene reporte, entonces probablemente no. ¡Ahhhhh! ¿Te cae?
Ustedes van a disculpar la extensa narrativa del día para concluir en que no ocurrió nada. Entregué el coche rentado y nada me dijeron de que hubiera infracción, y en una búsqueda por encimita del reglamento de tránsito de Massachusetts, fuera de las infracciones por fotografía, en todas te entregan un papelito al menos que diga en qué consistió tu infracción. Luego entonces, si no tengo papelito, ¡no tengo infracción!
La conclusión del día de hoy es: sí, estoy en Boston. Sí, aún a los ojos de sus congéneres norteamericanos los bostonianos se sienten 'blue-blooded'. Sí, el sistema de justicia es muy avanzado, con harta tecnología y todo lo que ustedes quieran... ¡pero de que los policias (¡y los taxistas también!) son esencialmente del mismo fango en todo el mundo, ni hablar!
Un fuerte abrazo sin infracción,
Paco